EUGENIA ROLDÁN(Siempre habrá mariposas)
«Escribir y editar un libro fue sublime, sobre todo para alguien como yo que jamás había escrito. Soltar el alma escribiendo fue mágico y sanador. Abrí mis alas y me solté al mundo a través de un lápiz y un papel. La comprensión de Tomás, su mirada desde un lugar muy puro y muy sensible, lo hicieron tan precioso e inolvidable. Soy muy tímida y silenciosa. En la clínica de obra dictada por él y en todo el proceso de Maresía encontré un lugar en el que esa timidez se sintió cómoda y fue maravilloso. ¡Gracias desde el alma! ¡La transmutación es posible! Abrí mis alas y supe que el amor por la escritura es para siempre. Cierro los ojos y veo una tímida niña leyendo poesía. Abro los ojos y veo como un poeta (Tomás) hizo que hoy esté abrazando mi libro, nuestro libro. El nudo en la garganta y las lágrimas en los ojos son inevitables; el vuelo de la mariposa, también. Gracias, Ser de luz. Te abrazo con el alma».